Luego de un largo viaje, de instalarnos en las diferentes casa de familia y de adaptarnos a las 14 horas de diferencia con Buenos Aires, todo el grupo disfrutamos de un hermoso domingo al aire libre, algunos se levantaron temprano y salieron a caminar y recorrer ya el centro de Manly otros acompañaron a sus anfitriones a hacer compras, otros descansaron y conversaron en las casas y por la tarde todo el grupo nos encontramos para conocer Manly beach, disfrutar de la playa y el sol. Paseamos y regresamos a las casas al atardecer para la cena. A los chicos se los ve contentos y les gusta mucho el ambiente relajado y alegre de la ciudad con mucha gente joven y muchos extranjeros.
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